lunes, 6 de abril de 2009

DOLOR DE OJOS

Y los vi, nomás. A todos, a los veintidos. Unidos, mancomunados para ofender el buen gusto, unidos para jugar mal, unidos para esconder la pelota, ellos, los dos peores equipos de primera división. River y Racing, dos murguitas infames, equipos de clubes hechos pelota, esperando el milagro, rogando a dios y todos los santos juntos que una pelota entre. Uno, Racing, en la imposibilidad de dar dos pases seguidos, logrando un gol a los empujones, aprovechando la peor defensa del fútbol argentino en años. Y el otro, River, conducido por del Potro, un penoso remedo de los grandes jugadores que supo tener el cuadro de Núñez. Apenas mejorando con Barrado y la entrada de Gallardo. Pero sin poder ponerle una pelota como la gente al gordo Fabiani. Y encima, sin el colombiano Radamel Falcao García. La Academia tiene a Lugüercio, y ¿qué más? Y así ambos cuadros nos entregaron su ofensa al fútbol como saben: de la peor manera posible. Sólo se puede desear que de aquí en más ambos clubes puedan volver a ser lo que alguna vez fueron, para bien de todos los que queremos este juego.

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